CONQUISTA Y EMANCIPACIÓN

La Conquista del Perú:

La conquista del Imperio Inca, o mayoritariamente referida como conquista del Perú, por diversas crónicas de la época, se refiere al proceso histórico de anexión del Imperio incaico o Tahuantinsuyo al Imperio español.

Se considera que inició a poco de haber finalizado la guerra civil por el trono incaico entre los dos hermanos Huáscar y Atahualpa (hijos del inca Huayna Cápac) con las acciones del 16 de noviembre de 1532 cuando el vencedor de la guerra y nuevo inca, Atahualpa, se reunió en Cajamarca con los conquistadores españoles encabezados por Francisco Pizarro. En dicho encuentro Atahualpa y su comitiva fueron emboscados y este tomado preso por los españoles y meses después ejecutado, el 26 de julio de 1533. Posteriormente los españoles, aliados con las panacas huascaristas, además de cañaris, chachapoyas y otras etnias vasallas de los incas, marcharon al Cuzco, la capital del imperio, donde ingresaron el 14 de noviembre de 1533 y proclamaron como nuevo inca a Manco Inca, con la intención de convertirlo en un rey títere. Pero Manco Inca se liberó y al mando de un ejército encabezó una guerra de reconquista que inició el 6 de mayo de 1536 con el sitio del Cuzco, donde se encontraba la mayor fuerza española comandada por Hernando Pizarro. Aunque causaron grandes bajas a los españoles, ​ las fuerzas de Manco Inca no lograron tomar el Cuzco por la traición de muchos de sus hermanos(como Paullu Inca) y de varias naciones del Tahuantinsuyo. Finalmente, Manco Inca tuvo que disolver a su ejército y retirarse a las agrestes montañas de Vilcabamba, donde instaló la sede de la monarquía incaica (1538), mientras que el resto del territorio fue ocupado por los españoles, quienes tras un periodo de guerra civil entre españoles llevaron adelante el proceso de asentamiento y colonización del Perú. El reinado de los incas de Vilcabamba duraría hasta 1572, cuando el virrey Francisco de Toledo ejecutó al último Inca: Túpac Amaru I. La conquista del Perú duró pues, en propiedad, cuarenta años (1532-1572).



ANTECEDENTES

Con el descubrimiento del océano Pacífico en 1513, se extendió la noticia de la existencia de ricas tierras al sur, donde abundaba el oro. Se dice que la información fue contada por Panquiaco, hijo del cacique Comagre. Los rumores que corrían consistían en que el Virú habían espléndidas tierras gobernadas por poderosos hombres. La leyenda del oro estuvo presente en las expediciones españolas, de la época. Así, en la exploración del Golfo de San Miguel, realizada por el capitán Francisco Becerra, se escucho algo similar, y lo mismo le ocurrió a Pascual de Andagoya cuando intentaba avanzar en la exploración hacia el sur para dar con el ansiado reino del oro. Estas leyendas se incorporaron al imaginario de los conquistadores, como es el casi de Francisco Pizarro

La conquista del Tahuantinsuyo o Imperio Incaico se inicia con la llegada de Francisco Pizarro y sus huestes al Tahuantinsuyo en 1532 marco el inicio de una gran transformación en las formas de vida de los pobladores de los Andes.


LOS SOCIOS DE LA CONQUISTA DEL TAHUANTINSUYO

En Panamá se había concentrado un gran número de españoles, entre ellos, Francisco Pizarro y Diego de Almagro. Listos para iniciar una nueva exploración, se asociaron con el clérigo Hernando de Luque, testaferro de Gaspar de Espinoza, importante banquero de Panamá, quien sustento económicamente la nueva compañía conquistadora. Con la autorización del gobernador de Panamá, Pedro Arias Dávila, Pizarro y sus socios se lanzaron a la aventura y a buscar u botín que se repartieran entre los inversionistas de la expedición. Pizarro dirigía la empresa, Almagro tomaría a su cargo la formación de la tropa cuidando su abastecimiento y Luque asumuría la dirección espiritual de los nuevos territorios.


VIAJES HACIA EL TAHUANTINSUYO:

EL PRIMER VIAJE (1524-1525)

Navegaron bordeando la costa y llegaron hasta lugares desconocidos que bautizaron como Puerto Piñas y Puerto del Hambre. Más al sur, encontraron un poblado donde fueron atacados por los naturales. Por ello incendiaron el pueblo, al que llamaron a partir de ese momento Pueblo Quemado.

EL SEGUNDO VIAJE (1526-1527)

Después de llegar a la altura del río San Juan, Almagro regresó a Panamá y Pizarro continuó hacia el sur. Ante la queja de los soldados, que habían acudido al nuevo gobernador Pedro de los Ríos, este envió al capitán Juan Tafur con la orden de hacerlos regresar. Tafur los halló en la Isla del Gallo, lugar del celebre episodio donde Pizarro preguntó a sus hombres si querían “regresar a Panamá para ser pobres”, sin fama ni dinero, o “seguir hacia el Perú para ser ricos”. Solo trece decidieron continuar y los demás embarcaron de regreso a Panamá. Los trece y Pizarro esperaron medio año la llegada de provisiones y hombres. Finalmente llego Bartolomé Ruiz con provisiones y la orden del Gobernador de que todos regresaran. Antes de cumplir con la orden, Pizarro y sus hombres navegaron las costa y llegaron a Tumbes. Allí fueron recibidos por los naturales, quienes les ofrecieron chicha, fruta, maíz y otras viandas. Era una forma habitual de establecer relaciones de los pueblos andinos.
Sorprendidos con las construcciones y vestidos de indígenas, decidieron regresar para pedir la autorización de conquistar las tierras halladas. Los recién llegados a Panamá alardeaban de las maravillas vistas con sus propios ojos. Sin embargo, Pizarro viajó a España para ser facultado por el Rey Carlos I, llevando consigo tumbesinos cautivos, camélidos, cerámicas y otros objetos. La Corona española firmó la Capitulación de Toledo en 1529, documento que los autorizaba a llevar a cabo su empresa.


TERCER VIAJE (1531-1533)

Pizarro recluto gente antes de iniciar su nuevo viaje, entre ellos, varios de sus familiares, a quienes busco en su tierra natal. En 1531, cuando salieron de Panamá, sumaron casi doscientos hombres encaminados a conquistar el imperio. Llegaron a la isla de la Puná, donde despues de una estancia pacífica de varios días, los isleños atacaron al no recibir muestras de reciprocidad. La fuerza convirtió en vencedores a los españoles, quienes llegarían mas tarde a Tumbes, donde se enteraron de que una guerra sucesoria entre Huascar y Atahualpa habia acabado con el triunfo del segundo.


LA CAPTURA DEL INCA

Después de fundar la primera ciudad española, San Miguel de Tangarará, a orillas del río Chira en Piura, los conquistadores iniciaron su ascenso hasta Cajamarca. Pizarro ordenó que la hueste se instalara en la ciudad y envió a Hernando de Soto y luego a Hernando Pizarro a visitar al Inca a su campamento con el objetivo de invitarlo a una entrevista.

De esa manera se hizo llegar el mensaje a este que, haciendo elenco de su alto grado de divinización, trató a estos como a perros haciéndoles esperar durante un gran periodo de tiempo. Este aceptó reunirse con los españoles al día siguiente; tras marcharse la comitiva castellana, Atahualpa mandó a veinte mil soldados que cercaran Cajamarca.

Las crónicas españolas para la noche del 15 de noviembre de 1532 no eran nada favorables para estos; pues el ejército castellano no superaba los 300 hombres, además de no contar con apenas armas de fuego o perros de guerra. Durante toda la noche, Pizarro estuvo ideando una manera de capturar a AtahualpaDe esa manera planeó que Pedro de Candía se situase en lo más alto de la fortaleza acompañado de dos arcabuces y dos trompetas, por otro lado, dividió en dos facciones a la caballería y otras dos a la infantería, otorgándole a Hernando de Soto y a Hernando Pizarro el control de estas. La idea era que, a su señal, se dispararan los dos arcabuces, mientras sonaban además las trompetas, para de esa manera desconcertar a los indios y durante ese momento, tomar preso al Inca.


Al día siguiente se produjo la entrada del emperador del Tahuantinsuyo en la plaza central de Cajamarca acompañado de unos 7.000 soldados. Nada más entrar, se personó en primera instancia un fraile, Valverde, que entregó al emperador una Biblia. Según cuentan las crónicas, este la tiró al suelo y más tarde recriminó a los españoles el que hubieran tomado todas las plazas y objetos de valor y que si no las devuelven acabaría con ellos. Fue en este momento cuando comenzó la captura del emperador, según los escritos, el asalto duró aproximadamente una media hora, tiempo por el cual fallecieron unas 2200 personas, debido a las avalanchas que se provocaron por salir, además de la matanza hacía los nobles que hicieron los castellanos.

Parece ser que el propio Pizarro recibió un acuchillado en la mano para defender al inca que iba a ser asesinado por sus hombres. Tras su captura fue encarcelado en un edificio llamado Amaru Huasi, de esta manera el 16 de noviembre de 1532 acababa el Imperio Inca, pues su emperador estaba bajo dominio castellano y, por tanto, las tribus que estaban sometidas dejaban de temer al inca.


MUERTE DE ATAHUALPA

Atahualpa ofreció entregar oro y plata para establecer una alianza que fue entendida por los españoles como un rescate al modo occidental. Sin embargo, el miedo de un alzamiento y el afán conquistador provocaron la decisión de ejecutar al Inca el 26 de julio de 1533. Formalmente, justificaron la muerte acusando a Atahualpa de complotar un ataque y del asesinato de su hermano Huáscar.
Los cronistas españoles dicen que fue ejecutado ahorcado con una soga; en cambio, el cronista Felipe Guaman Poma de Ayala ilustra el hecho como una decapitación. Luego, los españoles se dirigieron hacia la ciudad sagrada del Cuzco a donde arribaron el 15 de noviembre de 1533.

         
           

                                              EL RESCATE DE ATAHUALPA                                                  
En prisión, ofreció a cambio de su liberación llenar dos veces la habitación en la que estaba recluido, de plata y una de oro "hasta donde alcanzara su mano"; los españoles aceptaron y de inmediato se mandó la orden a todo el imperio inca de que enviasen la mayor cantidad posible de oro y plata hacia Cajamarca.


LA MUERTE DE ATAHUALPA

El 26 de julio de 1533 Cajamarca, tras ser bautizado voluntariamente con el nombre de Juan Francisco, el Inca Atahualpa fue ajusticiado con la pena del garrote o asfixia bajo los cargos de idolatría, incesto, poligamia, fratricidio y traición a España.


EL FIN DE LA CONQUISTA DEL PERÚ


Aunque el norte del Imperio estaba bajo el control de los españoles y que ya se había acabado con la vida del Inca, aún quedaban grandes tropas de incas dispuestas a desobedecer a los españoles. De esa manera, Francisco Pizarro comenzó una marcha hacía Cusco, la capital, y así acabar con toda la resistencia.

Los españoles se vieron saboteadas por las tropas indígenas, las cuales les iban cortando los caminos para que estos tuvieran que recorrer más distancias y se fueran quedando sin provisiones. Durante el transcurso de la marcha fueron atacados en un par de ocasiones, provocando pocas bajas, pues los indígenas preferían hacer una guerra de guerrillas.

Poco después de su marcha, Pizarro se reunió con Manco Inca, que era otro hermano de Huáscar y por tanto familia del Inca, con la ayuda de este entraría en Cusco sin problemas. Se conoce que, tras la conquista de la ciudad, y su saqueo, nombraron a Manco Inca, Inca, siendo designado como Manco II, aunque se le obligó a ser vasallo del rey de España.

Tras esto el 23 de marzo de 1534 fundaba la ciudad española de Cusco y tras ello se dedicó a pacificar toda la zona del antiguo imperio inca, la cual podemos decir que hasta finales del S XVII nunca estuvo pacificada del todo pues cada cierto tiempo saltaban en rebeldía algunas de las tribus.


MALTRATOS QUE SUFRÍAN LOS INDÍGENAS

En el siglo XVI los españoles hicieron una colonización en América. Sacaron riquezas, gobernaron y poblaron el territorio inacaico. Para sacar las riquezas había tres formas de trabajo, donde explotaban y maltrataban a nuestros hermanos indígenas:

1.    Trabajo en mita

2.    Trabajo en encomienda

3.    Trabajo en yanaconazgo

Para ellos la mita era el trabajo de los indios en las minas, encomienda era el trabajo en agricultura y ganadería y por último, yanaconazgo era el trabajo de los indios rebeldes. Por la mita, la encomienda y el yanaconazgo había violencia y los españoles nos trataban como sus esclavos. Con la excusa de que ellos habían "descubierto" este territorio y por lo tanto les pertenecían, y que los indios eran súbditos del rey. Y solo por esa absurda razón estábamos obligados a prestarles nuestros servicios.

 



CLASES SOCIALES 
DURANTE LA CONQUISTA:

En la colonia las clases o grupos sociales estaban muy divididos, lamentablemente no se respetaban los derechos de las clases bajas, estaban los negros que eran traídos como esclavos desde África y en condiciones inhumanas, muchos morían durante el viaje en barco. Luego aquí eran vendidos en el mercado para realizar diversas tareas, se podían leer anuncios clasificados en el periódico de esa época como por ejemplo "Vendo esclavo negro, sabe cocinar y trabajar la tierra". También eran exhibidos en la plaza mayor, se realizaban subastas y eran vendidos al mejor postor, se hacía lo mismo que con los animales de carga.

Otra clase social eran los indios, se los empleaban para realizar tareas en las minas de oro y plata, cultivar la tierra y criar ganado, tampoco gozaban de derechos pero no eran esclavos. Los indígenas eran vasallos del rey de España pero no gozaban de  los beneficios de la ley. A estos se les tenía prohibido andar a caballo, se les pagaba por su trabajo pero sólo unas pocas monedas, se los empleaba para los trabajos más pesados de la colonia.

Los criollos o españoles americanos, que habían nacido en América, hijos de españoles no tenían los mismos derechos que los españoles de la península, muy pocos criollos llegaron a ocupar cargos políticos. Algunos llegaron a ser grandes comerciantes o profesionales. Vivían en casas amplias o quintas, también había criollos que vivían en la pobreza y subsistían de sus trabajos o pequeñas industrias caseras.
Los españoles ocupaban los mejores puestos, algunos se dedicaban a la política, otros al comercio y al monopolio. Eran de la clase social alta, tenían todos los derechos, podían estudiar libremente y aprendían latín y francés. Vivían en amplias y cómodas casas.

Los grupos sociales de a poco se fueron mezclando, naciendo así diferentes castas como por ejemplo:

  • La unión entre un blanco y un negro: Mulato.
  • La unión de un blanco y un indio: Mestizo.
  • La unión de un negro y un indio: Zambo.

        

REBELIONES DEL SIGLO XVIII:

Las principales causas de las rebeliones indígenas durante el siglo XVII fueron el abuso de los corregidores y el malestar ocasionado por las reformas borbónicas. El virreinato soportó más de cien revueltas de diferente importancia, sustentadas en el mesianismo popular que esperaba el retorno del Inca. Las de mayor impacto entre la población fueron la de Juan Santos Atahualpa y la de José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II).

JUAN SANTOS ATAHUALPA:



TÚPAC AMARU II


La rebelión de Túpac Amaru II o Gran Rebelión movilizó una considerable cantidad de indios e incluyó también grupos de criollos, mestizos y negros. Además, contó con el apoyo de muchos curacas, entre los que destacan los hermanos Catari. Túpac Amaru II, curaca prestigioso y acomodado, se pronunció contra las reformas fiscales dictadas por Areche y elevó su reclamo ante las autoridades de Tinta, Cusco y Lima, sin ningún resultado. Como él, otros curacas, mestizos y criollos estaban descontentos. Así, una rebelión en Chayanta (Bolivia), que precedió a la de Túpac Amaru II, dirigida por Tomás Catari y sus hermanos Dámaso y Nicolás, levantó sus quejas contra los abusos del corregidor y el cambio arbitrario de los jefes étnicos o curacas. Esto fue aprovechado por el insurgente peruano que ofreció a los criollos la abolición de aduanas y alcabalas; a los mestizos, la eliminación del reparto; y a los indios, el cese de los tributos y la mita minera de Potosí.

El 4 de noviembre de 1780, José Gabriel Condorcanqui capturó al corregidor Antonio de Aliaga y lo mandó ejecutar seis días después. Al principio, Túpac Amaru II se sublevó contra el mal gobierno de los corregidores, pero más adelante redicalizó su postura. El 18 de noviembre de 1780 derrotó al ejército español en la batalla de Sangarará, dando muerte a numerosos criollos y peninsulares. Esto lo distanció de la población blanca y del clero, pero marcó la masiva adhesión de los indígenas a su causa.

Finalmente, las tropas enviadas por el virrey Jáuregui derrotaron y capturaron a Túpac Amaru en el cuzco, donde se lo sometió a un juicio sumario. Su ejecución pública se produjo en la plaza central de la ciudad el 18 de mayo de 1781. Con él murieron sus esposa, Micaela Bastidas; y su hijo mayor, Hipólito. Sin embargo, la rebelión continuó hasta noviembre,liderada por Diego Cristóbal Túpac Amaru.



Emancipación del Perú:

Llamamos Emancipación del Perú al período que abarca desde las rebeliones indígenas anticoloniales del siglo XVIII hasta las rebeliones criollas del principio del siglo XIX. Muchos incluyen también los sucesos ocurridos con la presencia de don José de San Martín y Simón Bolívar en el Perú. Fueron años de constantes lucha y frecuentes estallidos de levantamientos armados contra la dominación española en nuestro país.



La Independencia del Perú fue un capítulo importante en las guerras de independencia hispanoamericanas. Fue un proceso histórico y social, el cual corresponde a todo un periodo de fenómenos sociales, levantamientos y conflictos bélicos que propiciaron la independencia política y el surgimiento de República Peruana como un estado independiente de la monarquía española, resultado de la ruptura política y desaparición del Virreinato del Perú por la convergencia de las corrientes liberadoras y la acción de sus propios hijos.


ANTECEDENTES

Los antecedentes más remotos de un afán independentista en el Perú, se pueden notar en los intentos de algunos de los primeros conquistadores españoles por liberarse del dominio del rey de Castilla. Luego, a lo largo del siglo XVIII, se sucedieron múltiples movimientos y manifestaciones indígenas contra la dominación colonial y el trato de las autoridades coloniales, algunos de las cuales devinieron en auténticas rebeliones. 

La aplicación de las reformas borbónicas incrementó la desazón y la inconformidad que tuvo su estallido con la rebelión de Túpac Amaru II, la cual terminó en una violenta represión por parte de las autoridades virreinales, aunque permaneció latente el descontento entre la población. Se discute si estos movimientos deben ser considerados como precedentes de la emancipación protagonizada por caudillos y pueblos del Perú y de otros países del continente americano.


FACTORES EXTERNOS

Al producirse la invasión francesa a España, los reyes españoles Carlos IV y su hijo Fernando VII abdicaron al trono en favor del emperador francés Napoleón Bonaparte, quien cedió la corona a su hermano, José Bonaparte. Como consecuencia de la ocupación francesa se produjo el levantamiento de España y, en diversos puntos de la América española, se crean juntas autónomas de gobierno que disputaban la hegemonía sin pretender cambiar el orden colonial. 


MEDIDAS ESPAÑOLAS

Fue entonces que el virrey Abascal hizo del Ejército Real del Perú, y del virreinato peruano, la base de la contrarrevolución ante los patriotas en el Alto Perú, Quito, Chile y el Río de la Plata. Las primeras rebeliones autónomas peruanas surgieron desde 1811 en el contexto de descontento indígena y colaboración criolla con la revolución rioplatense aunque no lograron alcanzar la libertad del país.


CORRIENTES LIBERTADORAS

En 1820, la Expedición Libertadora del Perú al mando del general argentino José de San Martín desembarcó en el Perú procedente de Chile. Con la retirada de los realistas de Lima, el general San Martin proclamó la independencia del Estado peruano el 28 de julio de 1821, y bajo su Protectorado se formó el primer Congreso Constituyente del país. Con la Guerra de Maynas queda pacificado el oriente peruano en 1822. Ante la negativa a enfrentar el proyecto unificador del libertador Simón Bolívar, San Martín se ve obligado a retirarse del Perú mientras la joven república sostenía una guerra de resultado incierto contra los reductos realistas en el interior del país, situación que propicia la llegada al Perú de Simón Bolívar al mando de la corriente libertadora del norte. Finalmente, en 1824, tuvieron lugar las batallas de Junín y Ayacucho que culminaron con la capitulación del ejército realista y el fin del Virreinato del Perú.


BATALLA DE JUNÍN

La Batalla de Junín, realizado el 6 de agosto de 1824,  fue el penúltimo enfrentamiento armado que tuvieron los ejércitos españoles y patriotas, en el largo caminar hacia la independencia del Perú, el cual se inició con el desembarco de la Expedición Libertadora en la bahía de Paracas de la provincia de Pisco (Ica), y las Conferencias de Miraflores en 1820, proclamada el 28 de julio de 1821.

El Ejército Patriota, comandado por Simón Bolívar, se enfrentó a los Realistas liderados por José Canterac.

Bolívar arengó a su batallón diciendo: ”Soldados, vais a completar la obra más grande que el cielo ha podido encargar a los hombres… El Perú y la América entera aguardan de vosotros la paz, hija de la victoria ¡Vosotros sois invencibles!”.

La Batalla de Junín duró apenas 45 minutos y se libró a punta de armas blancas. Cuando parecía una segura derrota peruana, aparecieron los ”Húsares del Perú” al mando de Isidoro Suárez y Andrés Rázuri, cuyos hombres potenciaron a los Patriotas y lograron la victoria independentista. A partir de ese entonces, los ”Húsares del Perú” pasaron a ser ”Húsares de Junín”.

La Batalla de Junín fue la batalla más sangrienta batalla de América del Sur. En esta gesta, no se disparó un solo tiro, se luchó con lanzas, espadas y sables. Nuestros guerreros del ejército independentista, liderado por Simón Bolívar, estaban acostumbrados desde pequeños a montar caballo. Esta habilidad condujo que lleven las riendas en las rodillas, por lo que tenían las manos libres para cargar lanzas y atacar a los realistas. La gesta  duró menos de una hora, la caballería española  fue puesta en retirada. El ejército realista, liderado por José de Canterac, llevó sus soldados al Cuzco.

Esta hazaña logró tener libre del yugo español a un inmenso territorio, desde Trujillo hasta Huaraz y en la Codillera  Blanca hacia Huánuco. El ejército realista perdió 19 oficiales, 345 soldados fueron muertos y heridos.  Asimismo, 100 fueron hechos prisioneros.



BATALLA DE AYACUCHO

Un día como hoy, en 1824, se libró la Batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824), donde el Ejército Unido Libertador del Perú, al mando de Antonio José de Sucre, consiguió una victoria que selló la gesta emancipadora de Perú y el continente americano. 

¿Cuál era la situación de España durante la Batalla de Ayacucho? La restauración en 1820 de la constitución liberal de 1812, con la caída del rey Fernando VII de España, es parte de un intermedio liberal que incluye la oposición al envío de soldados a América para sostener el orden colonial. Eso significaba que el virrey José de la Serna debía defender el orden colonial frente a la insurgencia independentista sin nuevos refuerzos, quedando por ello el virreinato peruano librado a sus propias fuerzas y recursos militares. Antes de las batallas de Junín y Ayacucho, los realistas habían derrotado a sucesivas expediciones enviadas al sur por el Congreso peruano entre 1822 y 1823, que vio reforzado y reformado su ejército con la llegada de Simón Bolívar, declarado Jefe Supremo por el Congreso en 1823. Precisamente en Junín, el 6 de agosto de 1824, las fuerzas del general realista José de Canterac fueron derrotadas por el ejército de Bolívar. Canterac emprendió su retirada hacia el Cusco de inmediato. Faltaban solo cuatro meses para la victoria en Ayacucho.

En la retirada hacia Cusco fue hostigado sin descanso por las avanzadas patriotas. Esto motivó que las tropas realistas inicien en octubre de 1824 su desplazamiento hacia el norte, casi de manera paralela al ejército comandado por el venezolano Antonio José de Sucre. Luego de varias semanas de escaramuzas, las tropas del virrey La Serna se enfrentaron al ejército patriota dirigido por Sucre el 9 de diciembre de 1824, en la Pampa de Ayacucho, colindante con el pueblo de Quinua. Pero esta no fue solo una pelea entre españoles y criollos: miles de indígenas de Pomacocha, Vilcas Huamán, Carhuanca, Huancaray, Andahuaylas y más aportaron a Bolívar, señala el historiador huamanguino David Quichua. Basilio Auqui, líder morochuco, es símbolo de estas luchas previas. El triunfo patriota obligó al virrey a suscribir la capitulación, quedando así culminada la Independencia del Perú. Pero, si bien hemos escuchado sobre la «Capitulación de Ayacucho», muchas veces ignoramos su contenido.


CONSECUENCIAS 

Los resultados de la Independencia fueron muy variados: en lo político se cortó la dependencia de España, en lo económico se mantuvo la dependencia de Europa, y en lo social el despojo de tierras a indígenas se acentuó en la era republicana. ​ El empleado doméstico indígena fue tratado de forma inhumana, incluso en las primeras décadas del siglo XX. ​ Esta población consiguió la ciudadanía en el mismo nacimiento de la república, el 27 de agosto de 1821; sin embargo, aún en pleno siglo XXI se sigue construyendo una sociedad genuinamente democrática, donde sea posible la plena garantía y el respeto de los derechos humanos.

               



¿Qué es la capitulación de Ayacucho?

Es el documento en el que José de Canterac, al mando del ejército realista del Perú, acepta el retiro de las tropas españolas de Perú, tras ser derrotado por el Ejército Unido Libertador del Perú, dirigido por Antonio José de Sucre. Si bien el virrey era José de la Serna, este ya había sido capturado por el ejército de Sucre. La capitulación consta de 18 acuerdos entre los realistas y los libertadores que son resumidos a continuación... 

          

                         CAPITULACIÓN DE AYACUCHO                  

Capitulación de Ayacucho:

1. Entrega de todo el territorio. El documento señala que se entrega “hasta Desaguadero” -Puno-, pero también lo que quedaba del ejército español: guarniciones, caballos, y todo lo que pertenezca al gobierno español.

2. Los soldados españoles podían regresar a su país y el gobierno de Perú debía subvencionar la mitad de sus sueldos mientras permanecieran aquí, y luego costear sus pasajes. Se prohibía que vuelvan a tomar las armas contra América o viajar a un territorio aún ocupado por España.

3. Los soldados españoles podían permanecer en el Perú y ser admitidos en el ejército peruano si así lo deseaban.

4. Las personas no podrían ser incomodadas si previamente habían trabajado u opinado a favor del rey, siempre que sus conductas no vayan contra las leyes peruanas.

5. Cualquier habitante del Perú, sea español o americano, eclesiástico, comerciante, propietario o empleado, podía migrar con su familia a otro país, si así lo deseaba, u optar por residir aquí, siendo el gobierno responsable de garantizar ese derecho.

6. Siempre que sus conductas no atenten contra la causa, se respetaría la propiedad privada de españoles que se hallaran fuera del Perú, pudiendo disponer de esta hasta después de tres años, además que se garantizaba lo mismo para los americanos que tuvieran intereses en España.

7. Se concedía el plazo de un año para que los interesados se acojan al punto 5: cualquier habitante del Perú podía residir en la república o migrar a otro país.

8.  En este punto los españoles pedían que Perú reconozca las deudas contraídas por el gobierno español en el Perú. No obstante, los libertadores observaron que el Congreso del Perú resolvería lo que convenga a los intereses de la república.

9. Los españoles pedían que los empleados continúen en sus puestos o migrar si así lo deseaban, según los puntos 2 y 5. Los libertadores respondieron que la permanencia de un empleado sería decidida por el gobierno, según su comportamiento.

10. El gobierno debía garantizar que todo soldado del ejército español o empleado que deseara dejar su trabajo y permanecer en el país sea respetado.

11. Los españoles aceptan entregar la plaza del Callao -el Real Felipe y zonas aledañas- y su guarnición al ejército unificado libertador. La respuesta peruana es que Callao “con todos sus seres y existencias” sea puesto a disposición del libertador Simón Bolívar.

12. El ejército español enviaría a sus jefes, acompañados por el ejército libertador, a las provincias unidas para entregar todos los archivos, almacenes, existencias y tropas. Las provincias deberían ser entregadas en quince días, y los pueblos más lejanos en un mes.

13. Canterac solicita que los barcos de España puedan acceder a víveres en puertos peruanos hasta seis meses más, para poder salir del Pacífico. Sucre responde que no pueden generar hostilidad, deben abandonar los mares de América y no tocar puertos aún ocupados por españoles.

14. Para poder salir del Pacífico, los españoles solicitan pasaportes para todos sus barcos de guerra y mercantes. La respuesta de Sucre es similar a la del punto 13.

15. Amnistía: los jefes y oficiales prisioneros de uno y otro bando en la Batalla de Ayacucho y acciones anteriores serían liberados. Los heridos serían auxiliados por cuenta del erario del Perú hasta restablecerse.

16. Los generales, jefes y oficiales podrían conservar sus uniformes y espadas, además de los asistentes y criados correspondientes a su clase, siempre que se sujeten a las leyes peruanas.

17. Perú debería facilitar pasaportes a los soldados del ejército español que deseen migrar, así como a sus familias.

18. Toda duda de los anteriores 17 artículos se interpretarían a favor del ejército español, apelando a la buena fe de los que firman el pacto.

Y así fue como se hizo flamear las banderas americanas en la Pampa de Ayacucho. Fue tal su importancia para nuestra historia que Bolívar cambió el nombre de la ciudad de San Juan de la Frontera de Huamanga por el de Ayacucho, en recuerdo de la pampa histórica.





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